L'espressione del design

La arquitectura y el diseño en Europa son variados, ricos en historia y tradición y cuentan con grandes nombres entre los arquitectos contemporáneos del continente.

Además, la dimensión reducida de los países que lo componen y las distancias relativamente cortas entre ellos hacen que sea posible visitar varios de ellos en poco tiempo.

"L'espressione" nace como un movimiento para reconocer los estilos de diseño y arquitectura que se reflejan por toda Europa, caracterizada por su multitud de idiomas, culturas, tradiciones y colores predominantes.

La arquitectura y el diseño de interiores han adquirido una gran relevancia en los últimos tiempos. Nos ayudan a crear espacios y favorecer nuestro bienestar, tanto físico como emocional, además de ser una pieza clave en cualquier proyecto.

¿Qué estilos son los más característicos en Europa?

Estilo Nórdico: Como afirma Andreas Engesvik, “el diseño noruego hace que la vida sea mejor”. Los diseñadores noruegos tienen un amplio concepto de la libertad a la hora de desarrollar nuevos proyectos. El estilo nórdico está presente en todos los campos de la decoración, desde el arte visual hasta la tipografía y, por supuesto, en la decoración de interiores. Se aleja de la riqueza y la complejidad de los estilos tradicionales y se centra más en los elementos contemporáneos. El estilo nórdico ideal proviene de su enfoque en la funcionalidad, el pragmatismo y la estética limpia y minimalista, con tonos fríos combinados con materiales naturales. 

 

Estilo Mediterráneo: La arquitectura moderna acompañada con un diseño interior de estilo industrial, también conocido como loft, es su predilección. Es un estilo decorativo que tiene su origen en la arquitectura típica de la industria, una arquitectura sin pretensiones cuyo atractivo visual viene, en gran parte, a la estructura en ladrillo. Se hace hincapié en el uso libre de acero expuesto combinado con elementos en madera. Además, una variante más moderna, incluye toques en cobre para provocar un contraste, creando un aspecto, a grandes rasgos, frío y algo rudo. Otros sub-estilos a destacar dentro del Mediterráneo, que no dejan indiferente a nadie a pesar de ser más tradicionales, serían el estilo vintage, minimalista y rústico. 

 

Estilo Francés: Uno de los últimos grandes ejemplos y exponentes de lo que el estilo francés representa como modelo de innovación constante y una rica historia en diseño de edificios emblemáticos, es la pirámide de cristal que da acceso al Museo del Louvre. De alguna manera esa es la esencia o la definición más certera que se puede hacer del estilo francés en la arquitectura. Un modo de pensar, de diseñar y finalmente de construir, que se sale de lo tradicional o del contexto en que se emplaza y que propone dar un paso más hacia el futuro. ¿Cómo se caracterizan las viviendas de este estilo? Molduras y balaustradas son elementos notorios y que impactan a primera vista en un edificio o vivienda con esta esencia. Se impone como una casa fina y compleja, con distribuciones a medida, justas, para lograr una fachada equilibrada.

 

Estilo Italiano: La cultura italiana siempre ha estado muy relacionada con el diseño y tomada como referente para los países vecinos. Este país ha sido la cuna de los grandes diseñadores de moda, de mobiliario y de otros muchos elementos. El estilo italiano en la decoración es una manera de traer a nuestros hogares esa Italia tanto clásica como contemporánea. Se trata de un estilo que integra decoraciones toscana, mediterránea e hispano-italiana que se complementan para lograr espacios cálidos, sencillos, elegantes y, sobre todo, funcionales. 

 

Estilo Alemán: Se caracteriza por tres elementos principales: un diseño esmerado hasta en los detalles más pequeños; un diseño armónico, alcanzado gracias a medios simples y reducidos; un diseño inteligente, basado en las necesidades y la conducta del usuario así como en la tecnología innovadora. Actualmente, se pueden observar varias tendencias globalizadas en la arquitectura. Desde el deconstructivismo se ha desarrollado, a través del uso creciente de nuevas tecnologías en la fase de diseño, una especie de neoexpresionismo. El resultado son estructuras escultóricas individuales diseñadas para dar expresión artística a sus contenidos, y en parte, al edificio mismo. 

 

Estilo Británico: Dentro de los distintos estilos ingleses, el Tudor fue uno de los más utilizados en las construcciones de principios de siglo XX. Se destaca por el uso de arcos de medio punto y los grandes accesos a edificios con amplios hall de entrada. En la decoración de los interiores del estilo Tudor, destacan los suelos de piedra o madera. Los paneles de madera oscura se ven a menudo dentro de las casas Tudor, así como las puertas interiores de madera son una característica común. Resalta la gran cantidad de tapices, tejidos en hilo, y alfombras, elementos característicos en la decoración que aportan calidez al hogar y a los diferentes ambientes.

 

Estilo Neerlandés: La arquitectura moderna en los Países Bajos se caracteriza por una variedad de formas, practicidad, orientación ambiental y originalidad. El estilo neerlandés tiene una cualidad que lo distingue de otros estilos arquitectónicos y de diseño: la capacidad que tienen los diseñadores de no tomarse a sí mismos demasiado en serio. El resultado son diseños y espacios únicos, llenos de personalidad y en los que el sentido del humor es patente desde cualquier ángulo. Visualmente este estilo es excéntrico, caprichoso y juguetón. La distribución y el equilibrio de espacios vacíos y mobiliario nos recuerdan a veces al diseño escandinavo, mientras que ciertos materiales tienen una impronta indudablemente industrial. Todo lo anterior logra conjuntos realmente interesantes y con una enorme riqueza estética. Un caos controlado y un diseño flexible crean espacios complejos que al mismo tiempo son extrañamente armónicos.

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